La Corrupción Como Arma Política En Nuestro País

POR ALEJANDRO SANTANA

La corrupción en cualquier sociedad del mundo es sin lugar a dudas uno de los peores males que puede afectar los estados, pues tiende a empobrecer a un gran segmento poblacional y hacer ricos a unos pocos, los privilegiados del estado.

 En todas las sociedades la corrupción es castigada por leyes que imponen sanciones a quienes se les comprueba que han incurrido en ese delito.

 Pero en algunos lugares los actos de corrupción  sólo son señalados para inhabilitar a políticos y casi siempre se hace en tiempos de campaña, como freno para detener ascenso o destruir simpatías.

 Pero casi siempre, se hace de manera alegre, señalando los actos sin ninguna base jurídica que lo sustente, trayendo como consecuencia que esto se convierta en recursos de campaña sucia.

 En nuestro país desde la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina,”padre y benefactor”, a todos los que han ascendido al poder se les ha señalado como corruptos, se han hecho alborotos, pero todo ha quedado en simples denuncias sin fundamentos jurídicos.

 Sólo al doctor Salvador Jorge Blanco, se logró condenar por supuestos actos de corrupción, aunque como alegatos de defensa se alegó que la verdadera intención fue inhabilitarlo políticamente.

 Y lo creo así porque el doctor Joaquín Balaguer, llegó a reconocer en uno de sus gobiernos que la corrupción se paraba en la puerta de su despacho, admitiendo con eso que  sus funcionarios eran corruptos o cometían ese acto.

 Pero todo quedó ahí y todos los demás gobiernos que nos han sucedido han corrido la misma suerte, con las únicas excepciones que fueron las del profesor Juan Bosch y  Antonio Guzmán Fernández.

 Sobre Bosch, sus enemigos políticos argumentaron que su periodo fue tan corto que no tubo tiempo para transitar el camino corrupto de los otros, pero todos recordamos que  don Antonio Guzmán al final de su mandato,”se suicidó de un tiro en la sien”, asqueado por la corrupción de sus funcionarios.

 Es decir toda la historia política de nuestro país ha estado salpicada de actos de corrupción, de enriquecimiento ilícito, pero todo ha quedado ahí, si han sido corruptos, están disfrutando de su botín en desmedro de la suerte de una sociedad que ha estado pidiendo sanciones.

 Hoy los corruptos son otros, son funcionarios encumbrados, son personas sonoras, amparados en la sombra del ejecutivo, de acuerdo a quienes han formulado denuncias en tal sentido.

 Denuncias que no irán a ningún lado, porque hasta ahora quienes las han formulado han carecido de los elementos jurídicos y solo han exhibido las pretensiones de políticos que solo tiene como propuesta ese recurso que antes que deshabilitarlos los ha popularizado y afianzado más en el poder.

 Es tiempo de que por el bien de las grandes mayorías, los pobres ,se comiencen a transitar caminos de honestidad, que se emprendan acciones que detengan a esos corruptos y que no sólo se les encarcele, si no que se les despoje de lo que le han sustraído al pueblo.

 Pero que se haga sobre base de la realidad, la legalidad y la verdad que no sea como arma política para desarticular simpatías de funcionarios y profesionales que han venido haciendo su trabajo y que han aportado a favor de los  que tienen necesidad.

 No estoy bajo ningún concepto protegiendo o encubriendo corruptos, estoy planteando que cuando se diga que tal o cual funcionarios es corrupto, que se tengan las pruebas y que no se sigan esgrimiendo denuncias alegres salidas del fragor de una campaña proselitista que cada día carece de elementos programáticos.

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