Rafelín Cuello (El Barahonero) Escribe Una Carta A Juan Pablo Duarte y Díez

Por Héctor Rafael Cuello Valenzuela (Rafelín)

Hoy se conmemora un día más del nacimiento de nuestro patricio Juan Pablo Duarte y Diez, quien nació un 26 de enero del 1813.  Un día como hoy vio la luz uno de los dominicanos más puros que ha parido esta tierra.  Un hombre que lo sacrificó todo por su Patria, cosa escasa en estos tiempos, ya que hoy, la mayoría de los "lideres" dominicanos prefieren la fortuna personal al bienestar del país.

Estas lineas que escribo es mi queja ante el Padre de la Patria de las cosas que suceden en el país por el que lo dio todo.  Voy a hacer un recuento de lo que estamos padeciendo los dominicanos a casi 168 años de ser "libres":

Hoy más que nunca la Patria está intervenida, no por un poder extranjero como ocurrió en el pasado, hoy estamos intervenidos y esclavizados por la corrupción y la impunidad.  Esta intervención es peor, a mi parecer, que todas las anteriores, ya que esta proviene de los propios dominicanos.  Malos compoblanos que usan el poder para abusar de sus coterráneos y en detrimento de la Patria que los vio nacer.


Hoy vemos como los pobres no tienen quien los defienda, están abandonados a su suerte. Mucha gente del campo está en quiebra y otros han perdido sus tierras porque el banco del gobierno les prestó dinero para sembrar y otra institución del gobierno les tomó sus cosechas a crédito y no les pagan; por eso no tienen con que pagarle al acreedor y,  les quieren quitar sus tierras.  Por este círculo vicioso están a punto de perder sus predios.  Y nadie del gobierno los ayuda, nadie dice nada.

Los trabajadores cañeros llevan años pidiendo que se les reconozcan sus merecidas pensiones, después de haber dejado su juventud en los campos del país; pero nadie les hace caso. El gobierno prefiere pensionar a artistas, amigos y tránsfugas.  Con esto se envía el mensaje de que es mejor ser vago y amigo del gobierno, que trabajador honrado.  Los pensionados del gobierno duran hasta tres meses y no se les paga, pero las "botellas" (parásitos que cobran un sueldo del Estado sin rendir ninguna labor) cobran a tiempo y abundantemente.

Vemos como no se le otorga el cuatro por ciento del producto interno bruto a la educación, que por mandato constitucional corresponde; pero se gastan miles de millones de pesos en obras no prioritarias; mientras vemos con estupor las deficiencias de nuestros estudiantes. La mayoría no sabe escribir, leer y no tienen ni pizca de educación o urbanidad.  El gobierno sabe que sin una buena educación ningún país ha logrado salir de la miseria.

También vemos, querido Padre de la Patria, como el crimen, las drogas y la corrupción nos tienen invadidos por los cuatro puntos cardinales.  Hoy en día nadie está seguro ni siquiera en la intimidad del hogar.  En nuestros barrios todos conocemos a jóvenes y adultos que están perdidos en las malditas drogas, socavando la familia y la sociedad.  

Cuando hacemos una auditoría visual a algunos funcionarios públicos nos damos cuenta que sus salarios no justifican sus riquezas.  Es imposible que individuos reciban salarios entre 15 mil a 60 mil pesos y tenga varios vehículos de lujo, mansiones millonarias y dos o tres queridas.  Encima de todo eso, algunos mantienen negocios que nunca han pagado impuestos o que están quebrados.  ¿De dónde sale tanto bienestar Padre Amado?

Si pasamos balance al deporte nos damos cuenta de la hipocresía de los que nos gobiernan, ya que ellos dicen luchar en contra de las drogas y el crimen: pero en nuestros pueblos no hay una instalación deportiva en buen estado, otras están en construcción desde hace años y no hay forma que las concluyan, como sucede con los multi-usos, los cuales tienen unos 8 años paralizados a medio construir.  Lo peor del deporte es que en una disciplina hemos oído y visto con estupor como se han anunciado narcotraficantes que hoy están presos en Estados Unidos de América, esto en torneos organizados por "héroes" de papel, papel moneda.  Y nadie dice ni hace nada.

Si pasamos revista al medio ambiente nos encontramos que la mayoría de los pueblos de nuestra nación son letrinas gigantes, ya que las aguas residuales corren por las cunetas y ríos y van a parar al mar sin ningún tratamiento.  Hace cien años estábamos mejor que ahora en esa materia, esto así porque antes teníamos las materias fecales en los patios, en las letrinas, pozos sépticos y hoy corren libremente por calles y ríos.  Nuestros bosques nadie los respeta.  Por donde quiera que uno pasa se encuentra con un basurero improvisado.  ¡Qué barbaridad!

El transito en nuestro país es un gran desorden, aquí cualquier "tigre" viola la ley y saca una tarjeta de calié, de un político o militar y lo dejan ir impunemente.  Nadie respeta las señales de transito ni la autoridad.  Nadie respeta nada.  Aquí tiene más peso moral un parásito politiquero que un hombre serio.  Uno puede ver a delincuentes y deportados armados por políticos, quienes exhiben sus armas de fuego en público como queriendo decirle a los demás ciudadanos quien manda aquí, pero a los ciudadanos serios se les desarma con cualquier pretexto.  Es como si nos dijeran que aquí sólo los que están con el gobierno tienen derechos.

Juan Pablo Duarte: le han entregado el país al mejor postor, al que mejor les pague.  Solo hay que ver lo que sucedió con la electricidad y Unión Fenosa:  los políticos del gobierno de turno trajeron esa compañía al país como la salvación de nuestro problema eléctrico y resultó un gran fiasco.  Ellos sabían que esa compañía tenía problemas en otras latitudes.  Los ingenios azucareros fueron desmembrados en su mayoría y los que quedaron se los entregaron a compañías extranjeras,  diciéndole con eso a los dominicanos y al mundo que aquí no hay hombres con capacidad suficiente para administrar esos patrimonios.  A la Barrick Gold, una compañía minera extranjera, le han entregado una cantidad inmensa de nuestro territorio en Pueblo Viejo, Cotuí, para que exploten los sulfuros, esto a precio de vaca muerta.  Todo esto es como si ellos dijeran (los que nos gobiernan):  -"A lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta".

A todo esto la prensa nacional, en su mayoría, está doblegada ante el poder por dinero, por puestos en el gobierno o por partidismo.  Da pena ver como hombres que se jactan de honestos tratan hasta lo imposible para justificar las desgracias que vive la Patria.  Hay unos que por defender sus puestos son capaces de insultar hasta al mismo Dios.  Éstos, con un descaro espectacular, defienden la corrupción obvia, crímenes y delincuentes ilustrados con una beligerancia que asusta.  Son pocos los que protestan, la mayoría son cómplices por omisión de la putrefacción que vive la República. 

Espero no lo haya agobiado con estas lineas.  Debo decirle que la situación es peor de lo que aquí describo.  Los "genios" que nos gobiernan dicen que la economía crece (para ellos), pero tenemos un déficit como nunca en la historia y una deuda externa que desde que usted nació (1813) al 2004 nunca se había acumulado tanto.  Estamos en los últimos lugares en el mundo en educación, competitividad, etc., y en primeros lugares en criminalidad, corrupción, etc.  Es como si se estuvieran burlando de la inteligencia del pueblo.  Bueno, ellos creen que todo les luce.  La gente está harta de tanta prepotencia y tanta ineficiencia ilustrada.

Muy pocos respetan las leyes. La criminalidad ha llegado a niveles que espantan, las drogas están en cada esquina y rincón del país.  La corrupción de algunos funcionarios es un escándalo mayúsculo.  Han entregado la mayoría del Patrimonio Nacional al mejor postor y lo que falta se lo están repartiendo.   Las obras que construye el Estado casi todas tienen peligrosos vicios de construcción y no hay un solo preso ni sometido a la justicia.  

Señor Juan Pablo Duarte y Díez:  ¿Habrá valido la pena su sacrificio?

A esta frase suya hay que agregarle algunas palabras, disculpe el atrevimiento,  para aplicarlas a la situación que vivimos hoy:  -"Nuestro país a de ser libre de toda potencia extranjera, corruptos criollos, tránsfugas, narcotraficantes y asesinos o se hunde la isla"-.  ¡Viva Duarte!

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