Por German Retana
"¡Aquí nos agrada complicar lo simple! ¡Incluso ante problemas
nuevos no resolvemos, solo nos devolvemos
al viejo modo de reaccionar!" ¿Qué debe cambiar para que todo cambie?
Como bien dice la sabiduría popular: Si
queremos transformar el modo de actuar
tendremos que modificar el modo de pensar.
En lugar de argumentar que somos prisioneros de lo que ocurre en nuestro
ambiente, debemos determinar si acaso no
somos nosotros los presos de nuestra mente.
Identifique un problema muy serio que esté confrontando. Ahora verifique
con profundidad lo siguiente: ¿Cree que la identificación es realmente
rigurosa? ¿Es ese un verdadero problema? ¿Qué méritos tiene la situación
para ser calificada como muy seria? ¿Seguro que usted es quien confronta
el asunto? Aunque esté conforme con las respuestas, pregúntese de nuevo:
¿Es esta la única forma de responder estas preguntas? ¿Hay otra mejor? Y
repita varias veces este ciclo hasta constatar algo curioso: llegará a
una nueva definición "del tal problema", de su magnitud y hasta de su
vínculo personal en el
asunto.
Sin embargo, el cambio más asombroso no ocurrió en "la
situación", sino en usted. Al observar críticamente cómo estaba
definiendo la situación hubo un cambio en el enfoque, en la valoración
de las cosas, en criterios para juzgar y en intensidad para pensar. O
sea, usted se transformó en un observador diferente, más agudo, pragmático y sensato. A lo
mejor hasta llegó a la conclusión de que no hay un problema y que ni
siquiera es algo que hubiera estado bajo su ámbito de responsabilidad.
Algunas personas suelen ser reactivas ante las circunstancias, actúan
sin premeditación, o son controladas desde afuera por terceros. Así es
como se afectan relaciones y se deja de convivir en armonía. El dejar de
ser reactivos y concentrase en "observar al observador",
evitaría ser obcecados en la repetición de los mismos errores de siempre.
Ver las cosas en un modo diferente activa un círculo virtuoso que
conduce a la madurez y a una mejor calidad de vida; se previene la
proliferación de padecimientos en relaciones,
actitudes negativas adictivas y el estancamiento de ideas. El premio será
nuevas capacidades para descubrir lo que estaba oculto y hacer lo que antes
parecía imposible.
La productividad creciente, la armonía y la habilidad de un equipo para
resolver conflictos evidencian que sus miembros son capaces de innovar
su modo de pensar.
Entonces evitan la esclavitud en paradigmas o volverse infértiles a
nuevas ideas. Pero esto solo es posible si el equipo aprende a
observarse a sí mismo, a conversar con profundidad y transformar sus
interpretaciones de la realidad con más sabiduría, la llave para abrir
la celda mental en que a veces nos enclaustramos. ¿Usted se observa o solo mira hacia fuera?
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