Prevención De Conductas Antisociales
Por Yorik Rafael Piña F.
Fundación Amigos Del Mundo Inc.
I
El trastorno disocial es una enfermedad mental que se inicia en la infancia, la niñez o la adolescencia. Cuanto más tarde inicie será de mejor pronóstico, es decir, existen más posibilidades de que haya una remisión o que “se cure”.
Este trastorno es más común de lo que creemos. Es posible que entre un 6 y un 16% de los menores de 18 años lo padezcan. El adolescente que sufre el trastorno disocial está en la antesala de la psicopatía. Por suerte, en la mayoría de los casos, remite en la adolescencia sin llegar al “Trastorno Antisocial de la Personalidad”, en otras palabras, sin que el sujeto llegue a transformarse
El Manual Diagnóstico Y Estadístico De Los Trastornos Mentales (DSM IV) explica que: las características del trastorno disocial son: escasa empatía, es decir, escasa capacidad de “ponerse en los zapatos del otro”, poca preocupación por el bienestar de los demás; perciben con marcadas distorsiones las intenciones de los otros; parecen insensibles, carecen de sentimientos de culpa, son crueles. A veces fingen sentimientos de culpa para evitar el castigo de sus padres o de la justicia. Ofrecen, fácilmente, informaciones sobre sus compañeros, acusan a otros de sus violaciones a la ley. Incurren en actos temerarios y peligrosos, suelen tener baja autoestima aunque, a veces, proyectan una imagen de dureza. No toleran las frustraciones, se irritan con facilidad, son imprudentes, tienen con frecuencia arrebatos emocionales, fuman, consumen alcohol y sustancias ilegales. Les expulsan de la escuela, no se adaptan al trabajo, se inician muy temprano en la actividad sexual.
Otras de las características que se recogen en el DSM IV son: un nivel intelectual inferior al promedio, ideación suicida, lesiones físicas producto de peleas. La lectura y las habilidades verbales suelen estar por debajo del nivel esperado, según su edad e inteligencia.
Estamos seguros que ninguna madre o padre quisiera que sus hijos padezcan ni este ni ningún otro trastorno. Por eso propugnamos por la Escuela de Padres. Los factores predisponentes de este y muchos otros trastornos están en el hogar y en la escuela: rechazo y abandono de los padres, prácticas educativas incoherentes con disciplina dura, abusos físicos (“pelas”) o sexuales, falta de supervisión de los padres y maestros, dejando los niños y adolescentes por horas fuera del hogar sin que ellos estén enterados con quienes están compartiendo. Esto sucede cuando los padres tienen muchas ocupaciones, varios empleos y no le dedican el tiempo en calidad que necesitan sus hijos. Cuando suelen estar juntos, no hay comunicación de ningún tipo que no sea exigencias, bochornos, nunca palabras de amor y comprensión.
Lea: Las Pandillas Juveniles Y El Trastorno Disocial II"
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El autor es psicólogo Clínico
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