Mangulo: "El Bello Durmiente" del Parque Central de Barahona
Este joven lo conozco desde hace años, desde que era un niño lo veo deambular con su limpiabotas por las calles y parques de la ciudad de Barahona. Desde pequeño él y un hermano vinieron de una loma de Polo a esta ciudad. Ambos duermen donde les coja la noche y, prácticamente, viven en las calles. Es algo común en este joven dormir en las bancas del parque y regularmente toma unas posiciones muy incomodas para entregarse a los brazos de Morfeo. ¿Qué les parece?
¡¡¡LA VERDAD SIN INSULTOS!!!
(HRCV)
Rafaelin Cuello Y Juan Matos
Juan Matos, un barahonero residente en los Estados Unidos de muchos años que, por los juicios que externa con relación a esta anomia está, no sólo al tanto de lo que ocurre en el país y sobretodo en Barahona; sino que le duele que los que pueden hacer lo que se les ha mandado hacer (les pagan para eso) no hacen nada. Reacciona y reflexiona por medio de un escrito que pone al pie de la publicación de "El Barahonero". La reacción de Juan Matos, desde allá, ocurre porque todos sabemos que no está en la agenda de los que tienen que hacer y no hacen, ocuparse de estos fenomenos sociales; sólo cobrar y seguir engañando a los incautos cada cuatro años.
Supervisemos el 4% que dizque se otroga a la educación para ver, si en un futuro cercano, nos deshacemos de esta casta de malignos, aprovechadores de la ignorancia de los pueblos maltratados y sufridos en donde, los que han logrado superar los males que otorga la ignorancia, han utilizado sus capacidades para beneficiar sus bolsillos y el bolsillo de los de su entorno, olvidando sus raices que, a veces, provienen de los sectores más deprimidos económica y socialmente. A continuación el escrito de Juan Matos, reaccionando al artículo de "El Barahonero":
LAS CAUSAS DEL PROBLEMA...
Por Juan Matos.
Escribo esta reflexión a modo de respuesta a la foto y comentario del amigo Hector Cuello; en la edición de hoy miércoles 7 de agosto en el periódico digital "El Barahonero".
Por favor, observen la foto y lean el comentario que -al pie de ella escribiera el amigo Héctor Cuello y -finalmente, mi respuesta-comentario al respecto. Gracias por su paciencia y por su tiempo.
El amigo Héctor Hector Cuello; escribe sobre esta "estampa" del Parque Central de Barahona. Un joven que vive en la interperie...un abandonado de la sociedad...un "homeless" -como le llaman acá.
Mientras ese ser humano vive abandonado a su suerte; este ciudadano (porque lo es); está siendo (y ha sido) "representado" por senadores y diputados -presentes y pasados; que ilegalmente se lucran del dinero del Pueblo Dominicano -y todo el mundo sabe que me refiero al funesto "BARRILITO".
¿Por qué diáblos no emprenden obras comunitarias para beneficiar a la gente que dicen "representar" para evitar esa muerte de indigencia que vemos a diario? Al menos este joven es limpiabotas. Se gana su sustento lustrando zapatos. Bien puede ser tentado a "buscársela fácil" atracando, delinquiendo...Entonces caería sobre él "todo el peso de la Ley". Y las autoridades dirían que han "cumplido con su deber".
Sin embargo, esas mismas autoridades, nosotros los votantes; los funcionarios, todos somos cómplices de la corrupción institucionalizada por quienes se supone son electos para "representar a la gente", a sus comunidades; toman juramento de "cumplir y hacer cumplir la Constitución y las Leyes" y sin embargo se endilgan, se enguyen, se indigestan insaciablemente con las arcas del Pueblo; sin aportar cambios sustanciales que eviten ese macabro cuadro de indigencia; sin crear mecanismos tendientes a atacar el problema de la pobreza por la raíz; que es la educación; la creación de institutos de oficio donde esos jóvenes puedan aprender alguna destreza con la cual ganarse el pan diario, como Dios manda, con dignidad; en vez de ser una carga para la sociedad o un potencial peligro social...
Entonces hablemos de liderazgo y de hacer política honesta. Hacer política honesta es atacar de frente, sin eufemismos, los males sociales. No habrá desarrollo sin un pueblo educado. Las estadísticas avalan que más de un 60% de nuestros jóvenes no terminan la escuela intermedia. ¡La escuela intermedia! Ni hablar de la deserción escolar en la escuela secundaria. Para nadie es un secreto que estamos produciendo analfabetas funcionales -esto es, jóvenes que al terminar la escuela secundaria no tienen las destrezas para integrarse al sector laboral.
Hay que añadir a esta cruel realidad, el abandono en el que se encuentran los centros docentes y la falta de apoyo a la educación pública. Nuestros maestros hacen lo imposible para instruir sin materiales de apoyo; ni hablar de sus menguadas condiciones de trabajo y la agonía de sus vidas, sin un sistema que les proteja cuando ya sus fuerzas no dan para más. Y eso sigue ocurriendo de generación en generación. De políticos de turno a políticos de turno. Tal parece que los estamentos de poder manipulan esta indecorosa forma de gobernar para asegurarse las estancias de las cámaras legislativas; los puestos de administración pública donde se reciblan la corrupción y el encubrimiento de ella.
En tanto, un pueblo padece en la indigencia... Cada cuatro años la danza de los millones sobrevuela en campañas electorales; los partidos tradicionales se suceden y se heredan los recursos del Estado y todo sigue igual. Lo he escrito y lo escribiré: el sistema partidario ha fracasado en República Dominicana. Habrá más de lo mismo con diferentes eufemismos (por no decir "slogans"). Pero en concreto no hay propuestas serias; no existe una voluntad de cambiar nada. Sólo la ambición, el ego, el deseo malsano de "resolver mi problema". ¡Tanta sangre vertida por un régimen de derechos! ¡Tanto heroísmo burlado! ¡Tanta ignominia!
Es muy doloroso para mí y para muchos. Lo sé. Tengo amigos y personas entrañables que militan en los dos "partidos mayoritarios" (si es que a esas fincas de lucro se les puede llamar partidos políticos) y muchas veces me pregunto cómo es posible que sigan en ese mar de infamia...
Me aferro -como humano al fin; a la esperanza, al ente de sus yoes porque sé a quiénes he amado y conocido; a quiénes vi crecer, ir a la escuela juntos... en fin, sé de dónde vienen y no me imagino que en la interioridad de sus mentes y corazones puedan tener paz con ellos mismos, a sabiendas de que son cómplices de este desvergonzado cuadro raído por la miseria que ellos sostienen....
¡Basta de abusos!
Sin embargo, esas mismas autoridades, nosotros los votantes; los funcionarios, todos somos cómplices de la corrupción institucionalizada por quienes se supone son electos para "representar a la gente", a sus comunidades; toman juramento de "cumplir y hacer cumplir la Constitución y las Leyes" y sin embargo se endilgan, se enguyen, se indigestan insaciablemente con las arcas del Pueblo; sin aportar cambios sustanciales que eviten ese macabro cuadro de indigencia; sin crear mecanismos tendientes a atacar el problema de la pobreza por la raíz; que es la educación; la creación de institutos de oficio donde esos jóvenes puedan aprender alguna destreza con la cual ganarse el pan diario, como Dios manda, con dignidad; en vez de ser una carga para la sociedad o un potencial peligro social...Inscribe tus hijos en el Programa De Crecimiento Personal O De Prevención Del Delito, Las Drogas Y Otros Vicios (PCP), On Line, completamente gratis en http://www.pcp.amimundo.org
Muy buen artículo. Felicito a Juan Matos por su excelente exposición y a mi querido profesor, Jorik Piña, por el magnifico trabajo de poner todo esto en un solo artículo.
ResponderEliminarUn abrazo y que Dios les bendiga.
Gracias Rafelin por tu felicitación; pero hay que mencionar tu interés continuo para que las autoridades se empeñen en resolver, aún sea minimamente, la problemática de la niñez y la juventud que no tienen donde resolver su necesidad de salud, alimento, educación y; sobretodo, un hogar en donde recibir afectos de amor; así como un techo en el que puedan defenderse de la lluvia y en donde puedan, además, recostar su cabeza sin temor a ser víctima de lo desconocido. Sigo, fielmente, lo que publicas y son muchos, mas que muchos, muchísimos los artículos en los que recoges, una y otra vez, las vicisitudes de nuestros niños, niñas y adolescentes.
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