Embarazo adolescente

Fuente: El Caribe

Por: Alfredo Freites alfredofreitesmatinal@listindiario.com Los proyectos de mujeres son adoctrinados socialmente sobre su rol futuro. Desde niñas son iniciadas en la maternidad y sus juegos van creciendo desde muñecas y casitas, hasta carteras y artículos de belleza. Aunque el papel de la mujer en la sociedad moderna ha cambiado drásticamente, el adoctrinamiento no ha variado. Los niños juegan a la guerra, policías y bandidos, arme y desarme de artículos móviles y tienen juegos electrónicos con esos mismos temas. Las niñas que desean ser militares, pilotos (no azafatas), deportistas, son marimachas. No importa la condición económica. El entrenamiento se ejerce. Las niñas pobres jugarán con sus hermanitos y son madres atemporales. Resultante del mismo hacinamiento entra en contacto con la sexualidad en fecha temprana. También es blanco fácil del abuso y la seducción. El bombardeo de los medios también estimula la imaginación de los adolescentes. Los niños quieren ser Jordan o Sosa. La contraparte se inclina por ser la actriz de moda, modelo o reina de belleza. Esta realidad conduce a revisar el fenómeno de la sexualidad a edad temprana y las consecuencias tales como enfermedades y el embarazo de las adolescentes, que ahora se registra en el país con niñas preñadas desde los 10 años de edad, y que afecta a todos los estratos sociales con mayor evidencia en la parte pobre de la población. Son múltiples los factores que influyen en la población femenina adolescente, que sufre el bombardeo de las hormonas con igual presencia que la presión social. Siempre ha sido un reclamo que cuidemos las niñas. Ahora es crítico. Somos partidarios de la educación sexual en las escuelas y de la vigilancia subrepticia a las conductas pero entendiendo que son intentos de freno. La realidad es que no hay garantía de nada. Una educación ayudará a que entiendan las consecuencias de los actos, pero siempre estará de por medio que los jóvenes comienzan a entrenarse en el pensamiento abstracto y la discriminación de sentimientos. Se les abre una puerta hacia el error. Sabemos que existe una proclividad natural hacia el sexo. Hablar choca contra la independencia que se va generando en las mentes de los ciudadanos en desarrollo. Desconfían de los adultos. Sólo nos queda tener suerte. Cambiar esta realidad es algo difícil.

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